Mi experiencia con Adele.



Foto: LA Time 

















Hace cuatro años cuando mi corazón quebrado era obligado a decir adiós a la más grande de mis historias de amor, no solo me cuestioné continuar viviendo en la ciudad de las "estrellas" sino me aferré a la música más que nunca. Como medicina para el dolor cree un blog donde compartir la música que escuchaba e iba descubriendo día a día. 

Así me encontré en la vida con Amy Winehouse y unos meses más tarde con una de sus compañeritas de escuela: Adele. Era la época en que los británicos al igual que en los viejos tiempos venían pisando fuerte. Metí de lleno mis oídos en My Space y "Chasing Pavement" me llenó el alma. 

Adele con su "19" entró a mi vida desde la misma manera que había llegado mi historia de amor: desde la red. En aquellas noches de llanto a solas confieso haberme aferrado a sus canciones tanto como a mi almohada. En el año 2008 arrasó Europa y en USA nadie la conocía. 

Después llegaron los Grammys (2009 ) : Best New Artis and best Female Pop Vocal.  Una adolescente de apenas 19 años inrrumpía en el escenario internacional recordando que en Gran Bretaña nacieron los Beatles.

Y aunque suene agarrada de los pelos mi oración anterior, ayer por la noche antes de entrar al teatro,  mientras comiamos un sandwich de pollo y tomabamos cerveza mexicana bajo los árboles de Griffith Park, (para evitar pagar 15 bucks por una Heineken) escuchabamos a los Beatles y pensabamos, “Adele nació en esa cuna…”. La cuna de los clásicos del buen rock-pop. 

Al igual que a mi (y a muchos de ustedes) a Adele le rompieron el corazón. Y entonces llegó "21". Inspirado en la ruptura con su ex boyfriend el álbum otra vez arrasa en Europa y para sorpresa de muchos, quien no habia sido muy bien recibida en Hollywood por su aspecto de mujer normal (con kilitos de más) puso a norteamérica a sus pies. 


La gira por esta parte del mundo que había sido programada para el mes de junio (antes de mi cumpleaños) se vió cancelada por culpa de una fuerte laringitis que diera miedo a la niña que aún no deja de fumar. Y que hasta ayer a las 9 de la noche, también me "paniquiara". Por alguna razón pasé semanas con miedo de no poder escucharla en vivo. Y hasta las 9 de la noche de ayer, el miedo se me fue al carajo. 

 Sus conciertos  en Canadá habían batido record y las entradas para el Greek Theatre estaban sold out desde que fue anunciado el tour. Este año volvió a ganar Grammys y fue criticada por los fanáticos ignorantes de Lady Gaga. Aún así, el público de Los Ángeles, (público nada fácil) sin saber ni como se encontró de golpe y porrazo enamorado de esta chiquilla con el corazón despechado. 

El show estaba programado para las 7.30 y a las ocho de la noche Wanda Jackson subió con sus músicos al escenario. La legendaria cantante con sus 70 y pico de años fue la antesala de la niña bien portada. Y nos emocionó a todos cuando interpretó "You know? I m not good" y mencionara unas palabras en homenaje de nuestra querida Amy Winehouse. 

Exactamente a las 9 y 10 minutos hora del pacífico los acordes de "Hometown Glory" pusieron al público de pie. La luna casi violeta, redonda y llena,  colgada de un cielo con estrellas por detrás de los pinos del Griffith Park, le dió la entrada a nuestra Adele. Quizá la cerveza alteró mis sentidos pero debido a los últimos acontecimientos en Londres, comenzar el concierto con dicha canción se me hizo bastante simbólico. 

Vestida de negro, con un peinado  de los 60 en un escenario cuya escenografía no necesitaba  de lujo porque el lujo allí era su voz. Lámparas colgando del techo y lámparas de pie representaron el aire retro - clásico del trabajo de Adele. Fresca, sencilla, clásica, sin atuendos ni pose, suavemente maquillada, ella y sus músicos me llevaron al mundo donde el talento  gana a la producción. Sin baile, sin saltos, sin brincos, sin aparatos sofisticados, sentada o de pie, quieta o moviendo sus manos recordó que para ser hay que estar desnudo. De alma, de corazón, de mente. Sin artificios ni colores, solo en blanco y negro. 

Entre canción y canción su risa lo contagiaba todo. Mi amigo Marco,  bien lo dijo esta mañana: “Antes de verla yo escuchaba una señora mayor romántica, al verla en el escenario ví lo que es, una niña de 20 años con el corazón roto y despechada”. Y pensé, lo siento Adele, pero si cada vez que te rompan el corazón vas a escribir albums como “21” quiero que te sigan rompiendo el corazón. Por que ya lo dije antes con Amy, soy una pinche egoista que de mis estrellas solo quiero arte, aunque sangren. La risa de Adele provoca risa y hasta el  más inexpresivo o el  más lleno de botox solo podían responder de una manera: riendo. 

Todos esperabamos un homenaje a Amy, Wanda Jackson lo había hecho. Adele, solo pidió que levantaramos el celular y mantuvieramos su luz encendida para que Amy lo viera desde arriba. Entonces comenzaron los acordes de “Make You Feel My Love”. Así todos fuimos uno solo. La voz de Adele nos unió en un mismo deseo que Amy - a quien estando en vida le negaran la entrada a USA- estuviera en medio de nosotros. 

En varias oportunidades se refirió al motivo de inspiración de “21”, incluso detuvo a los músicos luego de empezar a cantar "Take it all"   para dedicarsela a su ex.  Pero cuando mencionó anécdotas sobre Los Ángeles, dijo: "Siempre me siento como un londinense cuando estoy en Los Ángeles y yo rompí con mi ex aquí. Eso fue divertido." 

El repertorio fue coronado con sus dos últimas canciones: “Someone Like You” y por supuesto “Rolling in the Deep”. En tres oportunidades detuvo su voz para que el público cantara los coros y por supuesto, hasta el más desentonado se sabía la letra de memoria y la cantó a pulmón. 

Dos días antes al concierto la adrenalina comenzó a sentirse desde las redes sociales y les aseguro que por una semana solamente Adele sonaba en mi Ipod. Entré y salí del concierto escuchando Adele, hoy sigo escuchando Adele. Y sé que mañana seguiré escuchando Adele.

Adele significa un símbolo para mí, el convertir el dolor o el despecho en arte del bueno. El marcar una tendencia musical donde se une lo clásico, lo retro y lo actual. El futuro de una juventud que no necesita destruirse a sí misma para hacer arte. El futuro de una música que nos recuerda que la buena música no necesita de un buen espectáculo porque el espectáculo es la música misma.

Entonces hay noches como las de ayer en que pienso en aquellas noches en que mi ex dejó mi corazón roto y digo como Adele: "I m fine now, I m playing the Greek Theatre and where the fuck is he?"...claro que cambio un poco la frase pues imaginen que dije..." Estoy bien ahora...estoy escuchando a Adele en el mejor lugar del mundo, el Teatro Griego, donde mierda está ella?" quien sabe pero ni Adele ni a mi nos importa. Porque la noche de ayer fué solo nuestra.

Victoria García
(Nota sin editar para compartir mi experiencia con los amigos que no pudieron asisitr al  concierto de Adele en Los Ángeles, agosto 15 de 2011. Gracias a Marco De León por la invitación al show) 

Repertorio del Show: 

"Hometown Glory"
"I'll Be Waiting" 
"Don't You Remember"
"Turning Tables"
"Set Fire to the Rain"
"If It Hadn't Been For Love"
"My Same"
"Take It All"
"Rumor Has It"
"Right as Rain"
"One and Only"
"Lovesong"
"Chasing Pavement"
"Make You Feel My Love"
 "Someone Like You"
"Rolling in the Deep"

 



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